Alice was beginning to get very tired of sitting by her sister on the bank, and of having nothing to do...

lunes, 30 de junio de 2008

Fairy Dust

Aquí os dejo a un hada, con luna, en el agua... para que revolotee por vuestras cabecitas y podaís volar a Nunca Jamás!!

“Second to the right, and straight on till morning.”

[That, Peter had told Wendy, was the way to the Neverland...]



es mejor que los botecitos...



viernes, 27 de junio de 2008

Un viaje a Neverland



















Para volar a Nunca Jamás:
Pensamientos felices y polvo de (h)Adas...
;)

Ophelia


I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientras ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor...
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II
¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza –son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.


Agua


Ophelia (1851-1852). Óleo sobre lienzo 76,2 x 11,8 cm. Tate Gallery, Londres. Sir John Everett Millais (1829-1896)

Fantaseando con Ofelia

Poco a poco... despacio, es cuando llega a las rodillas que te recorre un anunciado escalofrío, y sube. Despacio. Llega al pecho y te abraza en una caricia gélida. Despacio. Y sumergirte. Desaparecer del sonido del mundo. Despacio. Llenar de aire el pecho y flotar ingrávida infinita. Desaparecer del sonido del mundo. Flotar.

Agua

miércoles, 25 de junio de 2008

My dear mouse


He estado dejándome caer por ahí y vengo de nuevo a recomendaros un sitio, aún cuando parezco estar cayendo en una serie de posteos bastante contemplativos. Se trata de una especie de comunidad de artistas que se dedican a hacer dibujos con el ratón -valeeee... - de acuerdo, todo lo que ponga me lo estoy inventando un poco, y suena un poco a cuento ruso... ¡me limité a mirar!


Dejo los links y no doy más detalles, para sorprender a los curiosos...

- Estructura femenina
- El cisne rojo
- Girasoles
- De circo
- Calentitto'
- ...

Y podría seguir, seguir, seguir, seguir, seguir... pero mejor os dejo el índice.

lunes, 23 de junio de 2008

A ver cómo te explico, Mr. Grillo..

A ver cómo te explico, Mr. Grillo... Cuadernos. Robaré palabras de otros, para variar... sacaré de uno de mis cuadernos favoritos un antiguo recorte de un semanario, lo sacaré de un cuaderno que me entregó mi padre el 14 de Noviembre de 1997, como el que me entrgaba una joya especial donde habría de dejar volar mi imaginación, entrenar mi ojo y mi mano, dar vida a mi lapiz y a mi pluma, al pincel. Lo recibí con un gesto intuitivamente casi ritualístico, como si recogiera la llave que abre la puerta del mundo que sólo yo puedo ver y crear. Ese día mi padre me entregó un cuaderno Canson de tapas duras, grises con el lomo en negro, que ahora está manchado de cera de vela... cera que le cayó una noche mágica que nevaba en el cuarto de mi residencia de estudiantes en North Yorkshire... eso fue en Diciembre de 2004... un cuaderno amable que siempre va conmigo, un papel que invita tanto a dibujar como a garabatear palabras, bocetos, pensamientos recuerdo, secretos, un cuaderno que no comparto con nadie... a ver como te explico... De entre sus páginas sacaré un recorte arrancado de una revista semanal en la que el escritor Antonio Muñoz Molina escribió durante un tiempo hace ya...
A ver cómo te explico... te leo
Hay que tener un cuaderno, hay que llevarlo siempre a mano, en el bolsillo, en la bolsa de viaje, como se lleva un salvoconducto, hay que saber elegirlo, pero más todavía hace falta la buena suerte de encontrarlo. Tan importante como el hallazgo de un buen libro es el hallazgo de un cuaderno: la hoja en blanco es el negativo de la página impresa, y en él irán surgiendo las palabras y las imágenes futuras en el lento revelado del tiempo. No se busca un cuaderno porque se sienta la necesidad o el deseo de escribir algo. Se escribe algo porque se tiene un cuaderno, porque su forma y sus hojas en blanco nos despiertan el deseo de escribir, de anotar, de descubrir. Me pregunto si Josep Pla habría escrito esa maravilla de El cuaderno gris si de verdad no hubiera encontrado un cuaderno de tapas grises con todas sus hojas intactas, no hubiera sentido al tocarlo que de algún modo allí estaba ya contenido y oculto un libro. En un gran bloque de mármol que llevaba años abandonado en la plaza de la Signoria de Florencia, el joven Miguel Ángel vio de antemano la posibilidad y la promesa del David. Alberto Durero viajaba a principios del siglo XVI por los caminos de Alemania llevando un cuaderno en el que anotaba igual bocetos de paisajes que relatos o imágenes de sueños. Uno de los documentos más valiosos sobre la vida y la carrera de Scott Fitzgerald es un gran cuaderno que lo acompañaba siempre, un libro de contabilidad en el que iba detallando sus ingresos, las cifras de ventas de sus novelas, el dinero mercenario y fácil que le pagaban las revistas de moda por sus relatos, algunas líneas lacónicas sobre sus estados de ánimo. Ese libro, que viajó con él a Europa en los equipajes opulentos de sus años de prosperidad, lo acompañó también en el regreso a América y en el negro declive de la última parte de su vida.

Algo debió de llamar la atención de Scott Fitzgerald en ese cuaderno la primera vez que lo vio, la intuición de que su vida futura iba a estar en esas páginas vacías, como en las hojas de los calendarios de los años próximos. El hallazgo de un cuaderno es como el de una casa en la que nada más entrar ya sentimos que vamos a vivir mucho tiempo: la hondura desierta de las habitaciones en las que tienen esa magnífica sonoridad los pasos y las voces, el olor a la pintura reciente, a la madera recién barnizada. Parecía que el cuaderno también nos estaba esperando con su espacio vacío y su olor a cosa nueva. Viajar es ir con un cuaderno ya conocido y usado y encontrar otros cuadernos en las hondas papelerías de las ciudades extranjeras. En Venecia lo marea a uno la abundancia y la belleza de los cuadernos hechos y cosidos a mano que se venden en las Legatorie, las papelerías que tienen a veces un misterio de talleres medievales. Compré en una de ellas un cuaderno con las tapas flexibles de cuero y las hojas de un color suave de trigo y aún no me he atrevido a escribir en él ni una sola palabra.
Envidio sobre todo los cuadernos que llevan los pintores, el de un amigo mío arquitecto que va dibujando en el curso de sus viajes bocetos de los edificios que ve y de los que se imagina. Un cuaderno en blanco es una tentación de observar y anotar, como si se llevara una misión secreta o una de aquellas corresponsalías de los cronistas holgazanes de los años veinte, siempre dispuestos a usar el bloc y el lápiz tan velozmente como si disparasen una Leica. Un cuaderno lleno tiene algo de experiencia rebosada y cumplida. Pero a mí me gusta más encontrarme escribiendo en sus primeras hojas, aventurar como una tentativa estas primeras líneas. Abrir un cuaderno con todas las páginas en blanco es como habitar una casa intacta, como tener toda una vida por delante.
Me encanta encontrar esos cuadernos, te seducen y no puedes evitar agarrarlos, tocarlos, y sentir la vibración de una llamada profunda, pues te encuetran y ya no es tuyo el cuaderno, pasas a pertenecerle, efectivamente... es el tacto en sus hojas y el abrazo de sus tapas, como una mirada secreta..
Cómo explicarte Mr. Grillo... voy a seguir robando palabras, estas son de Jack Kerouac, del Credo y Técnica de la prosa Moderna, la selección y la traducción, con acento, muy literaria, los robo del blog de Ayelén:
LLevá libretas secretas garabateadas y páginas salvajamente escritas a máquina, para tu propio placer. Mantenéte abierto y atento a todo, escuchando. Amá con locura tu propia vida. Lo que sentís encontrará su propia forma. Esforzáte por describir el oleaje que ya existe en tu mente. No tengas miedo ni vergüenza por la dignidad de tus experiencias, tu lenguaje o tus conocimientos. Escribí para que el mundo lea y vea la imagen precisa que tenés de él. Creación salvaje, sin límite, pura, surgida de las profundidades, en lo posible, alucinada. Sos un genio, siempre.

Y al hilo, también robaré palabras de On the Road:
The only people for me are the mad ones, the ones who are mad to live, mad to talk, mad to be saved, desirous of everything at the same time, the ones who never yawn or say a commonplace thing, but burn, burn, burn, like fabulous yellow Roman candles exploding like spiders across the stars, and in the middle, you see the blue center-light pop, and everybody goes ahh...

Mr. Grillo, cómo explicarte lo que siento cuando fluyo en el cuaderno y garabateo momentos, cuando elijo qué fijar y qué dejar pasar, la trascendecia que cobran entonces para mi esas insignificancias, palabaras que pueden ser robadas...
...de mis cuadernos.

domingo, 22 de junio de 2008

La ventana indiscreta...

Como si yo fuera una musa de Hitchcock, a ver, a ver... sí, venga, puestos a imaginar... cual si yo fuera que fuese yo una linda Grace Kelly (Jaaaa!!), mejor que un James Stewart, no? puestos a pedir... me veo recluida en mi habitación y desde aquí observo a través de mi ventana - esto no es una ventana, pero tampoco soy fotógrafo... aunque va de fotos- el comportamiento de mis vecinos de enfrente... pongamos que estoy en... París -ya que deliro, deliro con todas las dc ela ley- observen, observen, asómense, no sean tímidos...



Pinchas en la imagen y te deslizas a un indiscretísimo viaje por París, haz del tuyo un mouse volador y viaja, acércate sin ser visto y muévete, vuela, espía...

Esta foto es un montaje del fotógrafo Jean-François Rauzier si lo googleamos versa así:
Monumental dreamlike gigapix images assembling hundreds of close-ups!

y yo una simple observadora, no puedo definirlo de un modo mejor, o no sé... probemos: para mi ha sido el descubrimiento de un sitio donde una cabeza privilegiadamente imaginativa me ha permitido volar a un mundo lejano e imaginativo para deslizarme entre momentos casi mágicos... y desde detras de mi ventana!
Os recomiendo que os dejéis una vuelta por aquí si no lo conoceis,
con mucho cariño
os dedico unas miradas
Alice..

sábado, 21 de junio de 2008

Descubrí...

...that tonight, you belong to me


fiona apple's permormance
i know you belong to somebody new
but tonight you belong to me

although we're apart
you're part of my heart
and tonight you belong to me

way down
by the stream
how sweet
it will seem
once more
just to dream
in the moonlight
my honey i know
with the dawn
that you will be gone,
but tonight you belong to me

way down, way down along the stream
how very very sweet it will seem
once more just to dream
in the silvery moonlight
my honey i know
with the dawn
that you will be gone
but tonight you belong to me
just to little old me

;)

me he enganchado a esta canción...

viernes, 20 de junio de 2008

From Neverland o una reflexión sobre la justicia?

Quick as thought he snatched a knife from Hook's belt and was about to drive it home, when he saw that he was higher up the rock than his foe. It would not have been fighting fair. He gave the pirate a hand to help him up.

It was then that Hook bit him.

Not the pain of this but its unfairness was what dazed Peter.

It made him quite helpless. He could only stare, horrified.

Every child is affected thus the first time he is treated unfairly. All he thinks he has a right to when he comes to you to be yours is fairness. After you have been unfair to him he will love you again, but will never afterwards be quite the same boy. No one ever gets over the first unfairness; no one except Peter. He often met it, but he always forgot it. I suppose that was the real difference between him and all the rest.

So when he met it now it was like the first time; and he could just stare, helpless.


This is an excerpt from the book Peter Pan and Wendy written by J. M. Barrie , an Scottish man telling stories to a little girl... whatever it may be, I just post this because... I don't know, perhaps it could be good for Alice to fall down into Neverland from time to time... We are all a bit of Lost Boys. We are all a bit like Peter or may be we just should be so...

The illustration by

Arthur Rackham

jueves, 19 de junio de 2008

De "La elegancia del erizo"

El lunes 16 de junio viene a parar a mis manos durante un momento tonto, de esos que coges lo primero que pillas, para matar el segundo siguiente, un libro que paraba en el mueble del pasillo de mi casa. Venía viendo a mi madre reirse -literalmente- a carcajadas espóntaneas en los últimos días con el tomo entre las manos...
Pues bien cogí el librito y lo abrí en cualquier página, y empecé a leer por cualquier párrafo, cualquier palabra...
Me tomaré la molestia de copiarlo entero -el cachito que leí-, si bien merece la pena compartirlo; ahí os lo dejo:

En lo que a mí respecta, tengo doce años, vivo en la calle Grenelle, número 7, en un piso de ricos. Mis padres son ricos, mi familia es rica y por consiguiente mi hermana y yo somos virtualmente ricas. Papá es diputado, después de haber sido ministro, y sin duda llegará a ser presidente de la Asamblea Nacional y se pimplará la bodega del palacete de Lassay, sede de dicha Asamblea. Mamá... Pues bien, mamá no es lo que se dice precisamente una lumbrera pero tiene cierta cultura. Es doctora en letras. Escribe sus invitaciones para cenar sin faltas de ortografía y se pasa el tiempo dándonos la tabarra con referencias literarias ( “Colombe no te pongas en plan Guermantes”, “Tesoro, eres una auténtica Sanseverina”).

Pese a ello, pose a toda esta suerte y a toda esta riqueza, hace mucho que se que el destino final es la pecera. ¿Qué como lo sé? Pues porque da la casualidad de que soy muy inteligente. Excepcionalmente inteligente, incluso. No tengo más que compararme con los demás niños de mi edad para ver que nos separa un abismo. Como no me apetece mucho llamar la atención, y en una familia en la que la inteligencia se considera un valor supremo a una niña superdotada no la dejarían nunca en paz, en el colegio trato de hacer menos de lo que podría, pero aún así soy la primera en todo. Hay quien podría pensar que resulta fácil pasar por alguien con una inteligencia normal cuando, como yo, a los doce años se tiene el nivel de una universitaria de una facultad de dificultad superior. Pero ¡no, en absoluto! Hay que esforzarse mucho para parecer más tonto de lo que se es. Aunque, en cierta manera, este empeño no salva de morir de aburrimiento: todo el tiempo que no tengo que pasar aprendiendo y comprendiendo, lo empleo en utilizar el estilo, las respuestas, las formas de proceder, las preocupaciones y los pequeños errores de los buenos alumnos normales y corrientes. Leo todo lo que escribe Carmen Boret, la segunda de la clase, en mates, lengua e historia, y así me entero de lo que tengo que hacer: en lengua, una serie de palabras coherentes y correctamente ortografiadas; en mates, la reproducción mecánica de operaciones desprovistas de sentido; y en historia, una sucesión de hechos ligados entre sí por conectores lógicos. Pero incluso si me comparo con los adultos, soy mucho más lista que la mayoría de ellos. Así son las cosas. No me siento especialmente orgullosa porque tampoco es que el mérito sea mío. Pero está claro que yo no pienso terminar en la pecera. He reflexionado mucho antes de tomar esta decisión. Incluso para una persona tan inteligente como yo, con tanta facilidad para los estudios, tan diferente de los demás y tan superior a la mayoría d ella gente, mi vida ya está toda trazada, lo cual es tristísimo, nadie parece haber caído en la de que si la existencia ya es absurda, lograr en ella un éxito brillante no tiene más valor que fracasar por completo. Simplemente es más cómodo. O ni siquiera: creo que la lucidez hace amargo el éxito, mientras que la mediocridad alberga siempre alguna esperanza.

He tomado pues una decisión. Pronto dejaré la infancia y, pese a mi certeza de que la vida es una farsa, no creo que pueda resistir hasta el final. En el fondo, estamos programados para creer en lo que no existe, porque somos seres vivos que no quieren sufrir. Por ello empleamos todas nuestras energías en convencernos de que hay cosas que valen la pena y que por ello la vida tiene sentido. Por muy inteligente que yo sea no sé por cuanto tiempo podré luchar contra esta tendencia biológica. Cuando entre en el mundo de los adultos ¿seré capaz todavía de hacer frente al sentimiento del absurdo? No lo creo. Por eso he tomado una decisión: al final de este curso el día que cumpla 13 años, el próximo 16 de junio, me suicidaré. Pero cuidado, no pienso hacerlo a bombo y platillo como si fuera un acto de valentía y un desafío. De hecho más me vale que nadie sospeche nada. Los adultos tienen con la muerte una relación rayana en la histeria, el hecho adopta proporciones enormes, se comportan como si fuera algo importantísimo cuando en realidad es el acontecimiento más banal del mundo. Por otra parte lo que a mi me importa no es el hecho del suicidio en sí, sino el cómo. Mi vertiente japonesa se inclina evidentemente por el seppuku. Cuando digo mi vertiente japonesa me refiero a mi amor por el Japón. Estoy en octavo y como es obvio, he escogido el japonés como segunda lengua. El profe de japonés tampoco es que sea muy bueno, se come las palabras cuando no habla su idioma y se pasa el tiempo rascándose la coronilla con aire perplejo, pero el libro de texto no está mal y, desde que empezó el curso, he progresado mucho. Tengo la esperanza de que, de aquí a pocos meses, podré leer mis cómics manga preferidos en su edición original. Mamá no entiende que “una niña tan lista como tú” pueda leer manga. Ni siquiera me he tomado la molestia de explicarle que “manga” en japonés significa “tebeo”. Ella cree que me atiborro de subcultura, y yo no hago nada por sacarla de su error. Dentro de unos meses quizás pueda leer a Taniguchi en Japonés. Pero esto nos lleva de nuevo a nuestra cuestión de antes: eso tendría que conseguirlo antes del 16 de junio porque ese día me suicido. Pero nada de seppuku. Sería un gesto cargado de sentimiento y belleza pero... da la casualidad de que... no tengo ninguna gana de sufrir. Más aún, detestaría sufrir; encuentro que cuando se toma la decisión de morir, justamente porque se considera que es algo que es lógico, hay que hacerlo con tiento. Morir ha de ser un paso delicado, un deslizarse suavemente hacia el descanso. ¡Hay gente que suicidaría tirándose por la ventana de un cuarto piso, bebiéndose un vaso de lejía o incluso ahorcándose!¡Es aberrante! Lo encuentro algo obsceno ¿De que sirve morir si no es para no sufrir? Yo, en cambio, he previsto bien mi salida de este mundo: desde hace un año, todos los meses le cojo a mamá un somnífero de los que guarda en su mesilla de noche. Se toma tantos que, de todas maneras, no se daría cuenta si le cogiera uno cada día, pero he decidido ser muy prudente. No hay que dejar ningún cabo suelto cuando se toma una decisión que es harto improbable que nadie comprenda. Uno no imagina la rapidez con la que la gente obstaculiza los proyectos a los que más apego se tiene, en nombre de tonterías del estilo”el sentido de la vida”o “el amor a los hombres”. Ah, y también: “el carácter sagrado de la infancia”.

Así pues, me encamino tranquilamente a la fecha de 16 de junio y no tengo miedo. [...] En los cómics de Taniguchi, los héroes mueren escalando el Everest. Como no tengo ninguna probabilidad de escalar el K2 o las Grandes Jorasses antes del próximo 16 de junio, mi Everest personal es una exigencia intelectual. Me he puesto como objetivo tener el mayor número posible de ideas profundas y apuntarlas en este cuaderno: si nada tiene sentido, al menos que el espíritu se vea forzado a enfrentarse a tal situación, ¿no? Pero como tengo una vertiente japonesa muy acusada, he añadido una obligación más: esta idea profunda ha de expresarse bajo la forma de un pequeño poema a la japonesa: un haikú (tres versos) o un tanka (cinco versos).


Mi haikú preferido es de Basho.

En estas chozas

comen los pescadores

¡gambas y grillos!



¡Esto, de pecera nada, no; esto es poesía, si, señor!

Pero en el mundo en el que vivo hay menos poesía que en una choza de pescador japonesa ...

El libro del que os hablo es:

La Elegancia del erizo

escrito por Muriel Barbery
y editado por Seix Barral

miércoles, 18 de junio de 2008

Cambiar el punto de vista, una mirada.

Que todo está muy mal, muy mal...
Pero al final del día porder cambiar el punto de vista:




el sol doraba el paisaje
la brisa secaba al aire los colores ocres
dorados
las primeras tardes del verano
la luna se levantaba coronando el cielo
marcaba el terreno de la noche
mágica que avanzaba
entonces quise pintar
impresiones y con el pincel
marcar los colores
darle vida al linezo en blanco
una mirada
un gesto
una guitarra


MusicPlaylist

lunes, 16 de junio de 2008

Luna, lunática...


Sí, soy una lunática...
La luna me inquieta, me altera, me atormenta y más cuando no sé como está, por dónde va...
También me obsesiona, me inspira, me motiva, me enamora...
La Luna todo

Y lleva una cuantas noches que me atrapa, y me convierte en una insomne infinita...

domingo, 15 de junio de 2008

Caracol, el gato viajero

Ada siempre tuvo historias traumáticas con sus mascotas. Tuvo gatos de pequeña y también peces, su mamá no es muy amiga de los perros, diríamos que sufre una fuerte fobia si no fuera porque al leerlo manifestaría, de seguro, inconformidad. Así que no lo diremos. Ada recuerda dar de beber leche a unos gatitos recién nacidos, leche de unos biberones que en realidad eran jeringas -sin aguja-, estos gatitos eran blancos, o quizás sólo era uno. El gatito murió pequeño y Ada no recuerda el día en el que murió, ni al gato, ni su nombre, sólo tiene un recuerdo borroso de cuando su papá lo metió en una caja de zapatos y lo enterró en algún lugar... De todos modos ella piensa a veces que el recuerdo de la caja lo tomó de algún serial de la televisión, y de mayor duda de si el pequeño felino fue enterrado o de incluso si llegó a existir alguna vez. Quizás algún familiar ha confirmado en parte esos recuerdos, pero sin detalles y Ada quizás sólo ha hablado dos veces de ello en su vida.

Recuerda unos peces de colores en una hermosa pecera de cristal, como antigua. Una pecera preciosa que aún conserva y que evocaba mundos de fantasías acuáticas. Metieron dentro de la pecera muchas piedras de colores y otras de cristal azul que parecían gotas de océano, y también le recordaban a las cuentas de un collar mágico que una vez tuvo en un sueño. Para que los peces de colores se sintieran como en casa les pusieron caracolas de mar, para que pudieran tener sus escondites y jugar. Uno de los peces era un suicida y saltaba fuera... por las mañanas cuando faltaba lo buscaban con desesperación por el salón y lo devolvían al agua, hasta que un día nunca apareció. A Ada le da vergüenza admitir que realmente el tacto de los peces le desagradaba y que le costaba mucho tocarlos con las manos, viscosos y frágiles, y que siempre lo pasaba mal cuando iban a limpiar la pecera, por temor a dañarlos. Sufría. Los peces acabaron muriendo y al final que ya no estuvieran fue una alivio, pero siempre sentiría culpa, además de una especie de temor a que el fantasma del pez desaparecido saliera de dentro de una de las caracolas en las que había quedado atrapado, según ella, y siempre que pasaba cerca de esta se sentía acosada por su presencia, como una mala vibración kármica. Nadie creyó nunca que el pez desaparecido no hubiera realmente desaparecido, pero algún tiempo después algún hecho que ella no recuerda con claridad confirmó su teoría. Eso cree pero no es capaz de afirmar si esa confirmación fue compartida por alguien más que el pez y ella misma.

Algunos de sus amigos tuvieron conejos y otros animalitos, como pollitos teñidos de colores. Ahora los considera un atracción monstruosa: pollitos rosas, naranjas, azules... En su día no supo mantener una relación sana con los animalitos de sus amigos y un escalofrió, como de nerviosismo extraño, recorría su cuerpo cada vez que sostenía en sus manos el cuerpo caliente de, digamos, un pequeño conejo, y sentía el ligero latir de su diminuto corazón, le entraba pánico de pensar en un movimiento rápido de la criatura, un movimiento que ella no hubiera calculado. Nada más pensarlo, antes de rozar el peludo cuerpo, ya sentía ganas de soltarlo y correr. Temía hacerle daño, y sentía también algo de vergüenza.

Ada tuvo otro gato, era un gato negro y simpático. Tenía la cola partida en dos, truncada, como si fueran dos pequeñas ramas, parecían cuernos, y le puso de nombre Caracol. A Caracol le cantaba aquella canción que decía: Caracol-col-col, saca los cuernos al sol, que tu padre y tu madre, ya los sacó... Siempre le ha molestado pensar que no se acuerda bien de la canción, por lo de la falta de concordancia sintáctica, pero imagina que serían cosas de chicos para consolarse. Se sentaba con su gato negro en las escaleras da la puerta de su casa y le cantaba, jugaba con un globo. Caracol era un gato medio salvaje porque vivía entre la casa y el patio y la leñera de la casa. Cazaba, y jugaba con Ada. Cuando volvieron de vacaciones un verano ya no estaba. Le contaron alguna historia amable y, pasado un tiempo, más gatos fueron a vivir entre el patio y la leñera. Le contaron que eran los hijos y los nietos de Caracol. Ada siempre esperó que Caracol volviera, y durante mucho tiempo lo buscaba cuando veía un gato negro en cualquier sitio, le habría sido muy fácil reconocerlo, por la cola, y le habría cantado Caracol-col-col, saca los cuernos al sol, que tu padre y tu madre, ya los sacó... Echaba de menos a Caracol, pero le enorgullecía haber tenido un gato viajero. De mayor Ada quiere tener un gato negro y viajar.

viernes, 13 de junio de 2008

Beso los sueños de tus pestañas

[Tú y yo
hechos del sudor de las sirenas,
intangibles, inaferrables
habitando el esfuerzo del impulso
de sus colas en movimiento,
para el profundo avance
por invisibles océanos.

Beso los sueños de tus pestañas...]


A mermaid found a swimming lad,
Picked him for her own,
Pressed her body to his body,
Laughed; and plunging down
Forgot in cruel happiness
 
That even lovers drown.


jueves, 12 de junio de 2008

Palabras, palabras,palabras...

Hay una canción del Último de la fila que me gustaba mucho: Palabras que son cansancio. Esta canción se queda en la estructura de mi lenguage individual grabada intensamente y se desliza con todos sus significantes en un mundo de imágenes muy propias y particulares. Su mensaje es uno de los mensajes más hermosos que encuentro, y es que a veces las palabras dicen tan poco, confunden tanto...
Mírame a la cara, y dime lo que ves;
Un ser loco por vivir en paz, ¿qué otra cosa es vivir sino enloquecer?
No soy el centro del mundo, porque un día salí
despedido hacia las estrellas, borracho del azul del cielo.
¿Cómo pretendes que sea responsable?
Palabras que son cansancio.
Pero yo te prometo inventar, un lenguaje nuevo para ti.
La gran pesadilla es despertar,
cuando no se tiene otro lugar,
mas allá de los propios sueños.
¿Y cómo pretendes que sea responsable
si todos nacimos para beber la vida a tragos?
Y al despertar te recuerdo rodeada
de esa quietud con que vivías a mi lado,
para velar por el silencio primitivo.
Palabras que son cansancio.
Pero yo te prometo inventar, un lenguaje nuevo para ti.
Mírame a la cara, dime lo que ves,
un ser huraño y solitario,
¿qué otra cosa es vivir sino soledad?
Y ahora mira hacia afuera, y dime lo que ves
hay un mundo yermo y solitario,
¿qué otra cosa es el mundo sino soledad?
¿Y cómo pretendes que sea responsable?
No quiero hablar, ni tampoco que me hables,
si al despertar, te recuerdo rodeada
de esa quietud con que vivías a mi lado,
para velar por el silencio primitivo.
Palabras que son cansancio.
Pero yo te prometo inventar, un lenguaje nuevo para ti.
La gran pesadilla es despertar
cuando no se tiene otro lugar,
más allá de los sueños.
Es un momento, de nuevo robado... cuando se inventan las palabras que navegan sólo en el entendimiento de quienes las crearon... palabras que se pronuncian en el silencio y no lo rompen, porque dicen justo lo que quieren decir, palabras que se dicen con la mirada, un lenguaage nuevo sólo para ti...


lunes, 9 de junio de 2008

Camelina

Una tarde Camelina decidió empezar a ser ella misma de nuevo. Camelina se levantó por la mañana con un sabor de boca extraño, como amargo. Arañazos en el paladar y una piedra en la garganta. La revelación onírica de una intuición incierta. Arrastró un caminar pesado durante todo el día para desprenderse poco a poco de la piel rígida que atrofiaba sus miembros. Una piel que ya no holía a jazmines y que atrapaba su sonrisa en una mueca forzada, un gesto amable, vació y hueco.

Camelina se sintió indefensa y desnuda toda la mañana, temía caerse si sus rodillas no sujetaban el peso de su cuerpo. Sólo quería cerrar los ojos y batir sus alas en un sueño profundo y eterno... El llanto ahogado no desgastaba la piedra de su garganta y Camelina creía que se ahogaba. Hacia la caída de la tarde, sintiendo que el aire se le solidificaba en los pulmones, enjugó su llanto sin encontrar ningún sentido en la llamada que le empujaba a arrancarse la piel, a moverse en camino confuso. Empezó a buscar los arapos mudados, papel mojado, para reconstruir su disfraz, asustada y cegada por su propio brillo y, en medio de la desesperación, la melodía fortuita de esta canción le robó un pensamiento vacío. Eterno. Camelina le arrancó entonces ese momento al olvido. Y aquella tarde Camelina decidió empezar a ser ella misma de nuevo.

domingo, 8 de junio de 2008

I want to be among mad people...



'Cheshire Puss,' she begun rather timidly, as she did not at all whether it would like the name: however, it only grinned a little wider. 'Come, it's pleased so far,' thought Alice, and she went on. 'Would you tell me, please, which way I ought to go from here?' 'That depends agood deal on where you want to get to,' said the Cat. 'I dont'n much care where --' said Alice. 'Then it doesn't matter which way you go,' said the Cat. '-- so long as I get somewhere,' Alice added as an explanation. 'Oh, you're sure to do that,' said the Cat, 'if you only walk long enough.' Alice felt that this could not be denied, so she tried another question. 'What sort of people live about here?' 'In that direction, ' the Cat, waving its right paw round, 'lives a Hatter: and in that direction, ' waving the other paw, 'lives a March Hare. Visit either you like: they're both mad' 'But I don't want to go among mad people,' Alice remarked. 'Oh, you can't help that,' said the Cat: 'we're all mad here. I'm mad. You're mad.' 'How do you know I'm mad? said Alice. 'You must be,' said the Cat, 'or you wouldn't have come here.'


Alice's Adventures in Wonderland escrito por Lewis Carroll. Ilustración de John Tenniel, 1865.



La otra noche cayendo de blog en blog, hubo cierta frase que me llamó mucho la atención... cito de La conjura de los necios -el blog, no la novela- un post escrito por Lucas:

todo blog nace de una carencia. Y toda carencia es un beneficio.

Me gusta la idea de la carencia y el consecuente beneficio, por el momento me quedo "among the mad people".

He descubierto que cuando me dan ataques de inseguridad, me pica la nariz... aunque no venga a cuento, y dudo que a nadie le importe; por otro lado, tampoco creo que mi descubrimiento tenga na' que ver con el blog, o tal vez si... lo dejo aquí con el resto de mi "nonsense" individual...




viernes, 6 de junio de 2008

Cronopio Fascinante

Hay un Cronopio que me fascina...

Sensible y poco convencional el tipo, me acompaña, me lee... Mi amigo Cronopio llegó este día de mi desperado reposo, que fue la plataforma de nuestro nostálgico lanzamiento por la youtubera madriguera del recuerdo. Cronopio es un hombre encantador y no se opuso a tan arriesgada aventura, primero huimos del pistolero que llegó a mi ciudad, y que qué hacía una chica como yo en un sitio como ese...

Recordar... la primera canción que recuerdo haber cantado, si acaso no olvido sólo trocitos de la letra y nunca, nunca, donde...

A partir de ahí, lugares comunes, y mi canciones, la de los Burning también. Otros recuerdos que hacemos propios, y nos colamos en un concierto de Loquillo.

A Cronopio le gustan Alaska y los Pegamoides y otras gamberradas, y todo me recuerda a la Bola de Cristal, que empezaba así... pincha, pincha y verás!! Con un linkado de esta clase vuelvo a las canciones de mi infancia ... yyy un camino para ir directos, un buen sitio para estar sentados... y un paseo por los grandes clásicos de Radio Futura... no podíamos dejar de bailar en la búsqueda de la canción perfecta...

... y mientras caíamos, mal bicho seguía sonando igual de bien. De pronto se abre esa puerta que da un giro inesperado a nuestra animada tarde, para caer en dimensiones pasadas y también algo más presentes en un improvisado vuelo a las islas navegando en el Dry Dock, momentos que se deslizan unos sobre otros mientras repasamos a los cure, para no quedarnos con el gusanillo, boys don't cry, salvo si es por Uma Thurman, enamorémonos otra vez de la única persona del planeta que podía soportar esta escena, ay, Tarantino! Tarantino... y Paquito Tarantino nos acercan a dimensiones más cercanas del espacio tiempo, momentos que han marcado este último año, y si tú si yo, que hacen un guiño a instantes que ojalá no hubiera conocido nunca, para no amarlos siempre, para no echarlos de menos... La luna, de aquel concierto, que me persigue en todo momento, en todo mi pensamiento... esa chinita de sus ojos...

Tengo un Cronopio y me fascina y le regalo la canción perfecta, que yo sí la encontré, por una tarde estupenda de risas, locuras y desvíos interdimensionales...



- show me, show me, show me how you do that trick -


jueves, 5 de junio de 2008

Totally Addicted to Chocolate.

El dios bondadoso de los aztecas, Quetzalcoatl, regaló a los hombres el árbol del cacao antes de ser expulsado del Paraíso. Con este fruto divino, los hombres lograrían vigor y fuerza. Ellos lo convirtieron además en su moneda, llamándolo "cacahuatl".

Un día Cristina se dejaba caer por las calles de York, como metida dentro de un cuento medieval, disfrutaba perdiéndose por calles de sitios que no conocía, como probablemente le expliqué una vez que había que hacerlo. Disfrutar del placer de perderse en ciudades desconocidas, dejándose llevar por el murmullo de la gente o los pequeños detalles que te van llamando la atención, para dibujar rutas alternativas... Así encontró mi amiga una deliciosa chocolatería entre callejuelas y casitas, como estábamos acostumbradas a imaginar de cuentos de la infancia: Chocolate Heaven. En su expositor delicias que no podían por menos que producir algún tipo de gozo en las caras de los visitantes... a la derecha la imagen más evocadora de Charly y la Fabrica de Chocolate que pudiera encontrar en la vida real, un molino de chocoláte, al más puro estilo de los antiguos molinos de agua, batía el chocolate, que caía hipnotizándote llevándote a la posibilidad de un mundo dulce y lleno de felicidad como si el aroma en el lugar te embriagara y de algún modo te hiciera experimentar algún tipo de sensación psicotrópica...

Y yo me declaro totalmente adicta al chocolate... si no, no podría escribir esto. Oscuro objeto de deseo, me vuelve loca y me desenfrena. No hace falta que yo lo diga para que lo noten, se configura esta adicción, de las pocas que me permito ya, como parte de mi personalidad. Por eso Cristina, cuando visito el cielo del chocolate, no pudo menos que pensar en mi, y adquirir aquel gracioso llavero que decía:

Totally addicted to Chocolate.
Unable to pass a checkout without
giving in to
the temptation,

size DOES matterto this addict.
Always has a secret stash.
There is no known cure!

No me avergüenza en absoluto, afanosa me recreo, si no me lo como, lo pienso... el pequeño bocadito, cuanto más oscuro, más amargo, más auténtico, anticipa su aroma el momento próximo: el ligero crujir y sus minúsculos pedacitos deshaciéndose en los labios, después en la boca, espeso, despertará, amargo, chisporreteo de sensaciones en la lengua... que si un beso, un beso...
Es placentero, adictivo y caprichoso ¿No han tenido nunca que salir a buscarlo desesperadamente? O hacer como que disimulan y controlan, un día detrás de otro, falla... O sin saber qué pasa, qué nos falta... CHOCOLATE.

Esta tarde andaba malhumorada en estas cuatro paredes, confinada por mi reposo, y con una pequeña ansiedad que se colocaba en forma de vacío yo no muy bien dónde... Al principio no supe bien darle un nombre, después vino solo, cuando empecé a paladear el sabor fantasma de mi pequeña perdición... Intenté evitar pensar en ello, y hacer como que disimulaba, aunque ya comenté más arriba que no suele funcionar. Pero no todo estaba en mi contra y apareció papá con un regalo de mi tía abuela, por la operación, por el reposo... al final no va a estar tan mal!!


La caja Champs Élyseés de Lindt, presentados en una caja azul oscura con el dibujo en relieve dorado de los Campos Elíseos de París, se descubren 11 variedades de exquisitos bombones suizos, todo un placer para mi solita, la mayor de las chocolateras que conozco... Los atesoro aquí en la madriguera y no pienso darle a nadie!! jijijijiji!!
¡me alegró el día!

miércoles, 4 de junio de 2008

On Another's Sorrow

Can I see another's woe,

And not be in sorrow too?

Can I see another's grief,

And not seek for kind relief?


Can I see a falling tear,

And not feel my sorrow's share?

Can a father see his child

Weep, nor be with sorrow fill'd?


Can a mother sit and hear

An infant groan an infant fear?

No, no! never can it be!

Never, never can it be!


And can he who smiles on all

Hear the wren with sorrows small,

Hear the small bird's grief & care,

Hear the woes that infants bear,


And not sit beside the nest,

Pouring pity in their breast;

And not sit the cradle near,

Weeping tear on infant's tear;


And not sit both night & day,

Wiping all our tears away?

O, no! never can it be!

Never, never can it be!


He doth give his joy to all;

He becomes an infant small;

He becomes a man of woe;

He doth feel the sorrow too.


Think not thou canst sigh a sigh

And thy maker is not by;

Think not thou canst weep a tear

And thy maker is not near.


O! he gives to us his joy

That our grief he may destroy;

Till our grief is fled & gone

He doth sit by us and moan.

by William Blake, in Songs of Innocece


Hoy quisiera, amigo mío, correr a tu lado y cargar contigo tu dolor...

martes, 3 de junio de 2008

Capítulo 7

Si ya lo escribieron otros, tan sólo lo citaré...

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.



lunes, 2 de junio de 2008

¿Quién no se identifica?

He robado esta imagen del "feisbuc" de la Mini, buenísimo. No puedo más que intentar contener una carcajadilla que me sube, por no reirme, que me duele!! Ay! A mamá le encantó y es que quién no se identifica, al menos un poquito...
Sólo lo deletrearé, porque su simple sonido ya me desagrada, cuanto más la idea que desata el significante:

O - P - O - S - I - C - I -O - N - E - S

Sssshhhhhhhhh......!! Ni la pronuncien!!